Las reformas integrales en pisos en Vigo y otros municipios están al alza desde la crisis sanitaria del Covid-19. Este interés por rehabilitar la cocina, el baño o el salón está justificado: la ‘edad’ de la vivienda española supera los cuarenta años en uno de cada cuatro casos. Darles un ‘lavado de cara’ es una forma de evitar la compra de un nuevo inmueble.
Pero sería un error atribuir este interés por las reformas sólo a la antigüedad del parque inmobiliario. Otro de los factores decisivos es la búsqueda de eficiencia energética.
Y es que la subida del precio de la electricidad ha obligado a los propietarios a buscar formas de economizar en el pago de las facturas de la luz. La sustitución de ventanas obsoletas o la instalación de un suelo radiante son modificaciones que permiten obtener un ahorro razonable en consumo.
Mediante una reforma, al propietario se le presenta la oportunidad de aumentar el espacio disponible, que usualmente es un bien escaso en Vigo y otros grandes núcleos urbanos. Un claro ejemplo de obra que posibilita esta ganancia es el reemplazo de la bañera por un plato de ducha.
Reformar también puede devolver al inmueble la modernidad perdida con el paso del tiempo. Las últimas tendencias, como la open concept, requieren obras de albañilería (derribo de tabiques, unificación de superficies, etcétera) que sólo pueden realizarse en el marco de una rehabilitación formal.
Otro beneficio que explica el interés por las reformas es consecuencia directa de las ventajas antes mencionadas: la mejora de la calidad de vida. El ahorro energético, por ejemplo, afecta positivamente no sólo al bolsillo, sino también al bienestar térmico, pues se eliminan las filtraciones y humedades de la vivienda. Por otro lado, el incremento del espacio permite habilitar un cuarto de juegos o un dormitorio adicional para los invitados.