Los fans del chocolate tienen muy claro que no todos son iguales. Ni siquiera cuando se habla de cacao soluble para disfrutar de una taza de leche chocolateada en las frías tardes de invierno o en el momento de meterse en la cama. Este placer, heredado en muchos casos de la infancia, es un momento muy especial para algunos que no dudan en acudir a una tienda online de cacaos para garantizarse el mejor sabor.
Para empezar, hay que diferenciar entre cacao en polvo y chocolate en polvo. El cacao no lleva la manteca del cacao. El chocolate, además de la manteca contiene harinas y, generalmente, también azúcares. Es un producto más procesado y normalmente más calórico, pero también con un sabor más cremoso y al que está acostumbrada mucha más gente.
El cacao puede ser puro o puede ser cacao alcalinizado. El puro tiene un sabor muy ácido y el color es ligeramente rojizo, mientras que el que ha sido sometido a proceso suele tener un gusto un poco más neutro y resultar más oscuro. En España la legislación no obliga a señalar si un cacao tiene alcalinos, pero en la composición se verá que hay algún producto que suele estar señalado como corrector de la acidez. Algunas marcas añaden el término “natural” al cacao puro, y lo omiten en el caso de cacao alcalinizado.
El cacao puro puede estar desgrasado y no contener azúcares, por lo que incluso permiten tomarlo, de manera moderada, en muchas dietas. Se usa también en repostería. Normalmente, el cacao puro natural se combina con bicarbonato en lugar de polvos de hornear ya que este le va a corregir de manera natural la acidez.
Además de que tenemos que tener cuidado al elegir chocolate o cacao y el tipo de cacao que usamos para cada receta, un factor importante en la elección es el gusto personal de cada uno. Quienes quieren la cremosidad y dulzura del chocolate, van a preferir este producto en polvo para añadir a la leche y quienes son amantes del chocolate negro intenso, seguramente aprecien todos los matices del cacao puro.
En el caso de los chocolates y cacaos sucede también lo mismo que con el café, el origen importa. Los diferentes países productores tienen productos con matices distintos que, los que aman el chocolate, saben diferenciar muy bien aunque puedan pasar desapercibidos para otros.