Comprar una autocaravana de segunda mano es una pequeña inversión. Pero si crees que por el hecho de ser un tipo de vehículo especial o de ser usado no puedes financiarlo, estás totalmente equivocado. La financiacion de autocaravanas es la manera más habitual de adquirirlas y puedes hacerlo de dos maneras diferentes:
-Puedes usar la financiera del establecimiento. Si compras la autocaravana en concesionarios o establecimientos especializados es más que posible que cuenten con una financiación propia. Si la usas, incluso es posible que te hagan un precio especial, como ocurre con los vehículos nuevos. Puedes comprobar los intereses que te cobran y pedir que te hagan una simulación, sabiendo no sólo cuánto vas a pagar cada mes, sino cuánto te cobran en total y qué penalización pagarás en caso de querer amortizar el préstamo.
-Puedes usar la financiación personal con un banco. En este caso, solo tienes que ir a tu banco habitual y negociar un crédito al consumo. El banco te ofrecerá un producto en función de tu vinculación con el banco y de los productos que tengas. Si tienes una nómina no olvides que es una buena herramienta para negociar, pudiendo amagar con llevarla a otro banco en el que te den mejores condiciones. Incluso hacerlo si finalmente otra entidad mejora a la tuya.
Lo habitual es solicitar información de ambos tipos de financiación y hacer cuentas para saber cuánto vas a pagar por el vehículo al final. En algunos casos puede resultar interesante pagar unos intereses ligeramente mayores si eso te permite un plazo más largo para abonar el dinero y, por tanto, una cuota mensual mucho más baja. Si tienes otros pagos, puedes optar por esta opción y, cuando tu situación esté más desahogada, amortizar préstamo para ahorrar intereses. Por eso es tan importante saber qué penalización conlleva esto y elegir, si es posible, un tipo de financiación que no te penalice por pagar antes.
Existen tarjetas de crédito con márgenes altos que podrían ser una tentación para pagar parcialmente la autocaravana. Pero este tipo de tarjetas tienen unos intereses tan altos que no son, prácticamente nunca, una opción inteligente. Además, es muy complicado saber cuánto vas a pagar en total por el dinero del que vas a disponer ya que el sistema revolving hace que el cálculo sea complejo y se modifique cada vez que se realiza una nueva compra.